26.6.13

Grabándote a fuego para que te conviertas en cenizas.

Y es que creo que no te mereces ni esto.
Ni que te escriba.
Ni que te haga eterno.
No te lo mereces.

Por merecer, no creo ni que te merezcas que te espere. 
Otra vez jodida por un cabrón diferente.
¿No podéis olvidar la idea de hacerme olvidar, olvidarte, olvidarnos...
de nuevo?
Estoy harta de que cojáis mis sentimientos
y los tiréis
uno
a
uno
sin miedo
sin prisa
sin pausa
sin espacio
ni tiempo.

¿Y ahora dime tú
como se juega al escondite sola?
¿Que recompensa me darán si ya no están
tus besos
ni tus abrazos
ni tú?

Ahora lo único que estoy haciendo es sangrar por el tintero aún sabiendo que lo que estoy diciendo está repleto de sin sentidos y no tiene ni pies ni cabeza. Pero dime algo que tenga sentido en la vida si no estás tú. 
Yo me voy al Jardín Botánico que como dijo Mario Benedetti en "a la izquierda del roble" cuando empieza a llover sólo se quedan los fantasmas. Y aquí dentro llueve a mares.


16.6.13

¿Salto?

Vamos a subir el volumen por las nubes ya que la autoestima está por los suelos y nuestros sentimientos a bajo cero. Sólo pido que me rescates. Que vengas y me salves, que yo con esto sola no puedo... Que te quiero a mi lado, que tengo miedo... que tengo mucho miedo. Y no el típico miedo que le tengo a la oscuridad sino un miedo de temblar y no querer soltarte. Tengo miedo a perderte. Tengo miedo de que acabes, como todo. Que todo tiene su final, ¿no los oyes? Yo oigo en mi cabeza todo el rato una voz... demasiado fría, cariño; que no para de decirme que te vas a ir y de tantas veces que me lo repite, estoy por creérmelo. Odio a todos y todo. Sólo quiero perderme y encontrarme, o que me encuentres. Mejor un nosotros a un tu y yo, que no quiero ni que esa puta i latina nos separe. Vamos a susurrarte bajito al oído mientras la lluvia araña los cristales del primer piso. No te voy a decir que no tengo miedo a la tormenta porque sabes que empiezo a temblar... pero tal vez hoy, no tiemble por ella. Tal vez hoy, tiemble por ti. 

Por favor, dame la mano. No me sueltes, por favor, no me sueltes...


11.6.13

Háblame en verso.


6 meses antes (de que mi corazón dejara de latir al compás de tus caderas)

Al final va a ser verdad eso de que el mundo gira enverso a ti. Que guías con la constelación que forma tu espalda. Y supongo que lo de tus lunares ya te lo habrá dicho más de un idiota pero te aseguro, que yo soy el idiota que te lo ha dicho queriéndote más. Y te lo puedo prometer, ya que eres la única que hace que pierda el norte, el sur y hasta que la brújula se vuelva loca y empiece a girar por tan sólo ver tu sonrisa.


Y es que sé que en tus pupilas me pierdo y nado por el azul de tus ojos,
y no hay manera humana de sacarme de allí
aunque tu te empeñes en intentar salvarme
una
y otra
y otra vez.

Y es que sé que en tus labios me hallo.
Al igual que hallo lo único que
vale la pena
y ya te digo yo, que no es por tu dulce saliva, mi lady rockera.
Que esto va más allá de los putos versos
que escribes y consiguen
romper
los
largos
silecios.

Y es que sé que en tu pelo me enredo,
tanto como las diferentes formas de quererte
en mi cabeza
o corazón
o lo que queda de él,
quién sabe.




1.6.13

Dame luz y enciéndeme.

La primavera está a la vuelta de la esquina, aunque con el tiempo que hace hoy me recuerda a un día de los de Agosto que sólo tienes ganas de convertirte en rana para no salir del agua. Acabo de llegar con el AVE  Madrid. Fui a Andalucía unos días para visitar a mis abuelos y ya estoy d vuelta. Al bajar del AVE, una brisa me golpea la cara y un olor a Madrid húmedo me viene al sentido. Está todo lleno de gente y en cambio, me siento sola. Soy yo, entre la multitud. Esquivo maletas, salto por encima de equipajes y accidentalmente, choco con un señor que me hace caer al suelo. Al momento, me tiende la mano y me ayuda a levantar. Aún no le he visto el rostro, sólo he podido vislumbrar su sonrisa, su perfecta sonrisa, que no ha desaparecido ni un instante. Noto como una mano me toca el trasero y me giro perpleja para ver quién es el dueño de la mano que ha hecho tal acción. Justamente, es la del señor de sonrisa perfecta que, unos segundos después, desaparece entre el bullicio. Yo sigo atónita e inmóvil, pero decido salir de allí y dirigirme a mi piso. Camino bajo el intenso sol hasta llegar cerca de la puerta del Sol. Entro en mi piso y decido dejar el equipaje en la entrada y tumbarme en el sofá. Estoy demasiado cansada como para sacar la ropa de la maleta. Además, este piso está más vacío desde que él no está. Hace ya dos meses que me dejó por el frío de unas letras. Me dijo que la tristeza era su estilo de vida y no me podría hacer feliz. Que su único amor era Poesía y que ya no me necesitaba a mi como musa. Que no volvería jamás a mirar a Amor a sus ojos verdes y que Frío le haría rehén de por vida. Que de rubia, sólo quería su cerveza y fin. Tíos así, no merecen la pena. Pero no puedo controlar mis sentimientos y es una constante guerramor la que tengo con él y hasta conmigo misma. Echo de menos hasta sus días malos. Hasta nuestras peleas porque luego había la mejor reconciliación del mundo. Él me sobornaba a besos y me hacía ver la vida desde un cielo en el que podías volar sin miedo, porque si te tambaleabas y perdías el equilibrio, él estaba ahí. Estaba, sí. Su nombre siempre va acompañado de un verbo en pasado y sólo me queda resignarme y seguir adelante. Todos dicen que olvidar es difícil y ojalá no hubiese tenido que comprobarlo y además confirmarlo. Yo era la musa de su poesía hasta que descubrí que quería más a Poesía que a mi y os aseguro que duele más que cualquier cosa.

Entre unas cosas y otras ya ni me acordaba del señor de sonrisa perfecta que me tocó el trasero. Deslizo mi mano por encima de él y noto que en uno de los bolsillos hay una tarjeta roja en la que solamente pone el nombre y un e-mail.

" POSITIVO MONTONES
(INVENTOR)

positivom@nadaesimposible.com"

¿Y es que, a quién no le transmite confianza alguien que se llama Positivo y su e-mail contiene un "nada es imposible"?
Decido encender el ordenador rápidamente y entrar en hotmail. Cosas así como esta, sólo lo hacen grandes personas y yo sólo tengo una pregunta: ¿porqué yo? Vamos a ver si ha sido el destino o qué. Pongo su dirección de correo y a continuación escribo:

"Querido Sr. Montones,
¿Porqué yo? No me diga que no sabe de lo que le hablo porque las tarjetas rojas no ha ido a parar sola a mi trasero. Me gustaría poder contactar con usted, deme su dirección.
Abrazos,
Nina."

No han pasado apenas cinco minutos que recibo una contestación:
"Por favor, llámame de tú, que aún soy muy joven con veinte tacos para el usted. Me tomo la libertad de llamarte también de tú.
Como habrás leído me llamo Positivo y soy inventor. Y ahora además, estoy encantado de conocerte, Nina. Mi dirección es Calle Esperanza, número 7. Te espero dentro de media hora.
Un beso."

¿Pero cómo puede ser? Es increíble. ¡Pero si no me conoce de nada! Maldita sea. Tengo que darme prisa, aunque no me pilla muy lejos.
Por el camino voy pensando en lo extraño que me parece todo. Pro es que la curiosidad ha podido conmigo. Tengo ganas de ponerle cara (además, de la sonrisa perfecta) a este inventor. Ya estoy delante de la puerta, pico y me abre un chico alto, moreno y de ojos verdes.

- ¿Positivo? - pregunto yo muy tímidamente.
+ Sí, ese soy yo, Nina - responde él seriamente. Pero al instante sonríe. Y sí, esa es la sonrisa perfecta que vi.
- Encantada - digo yo sonriendo -. ¿Para qué me has hecho venir?
+ Pues... estoy buscando la felicidad.

De todas las respuestas del mundo era la que menos me imaginaba que podía decir. Me quedé alucinada con la ocurrencia de aquel inventor.

- ¿La felicidad?
+ Exacto. Y t necesito.

Esto parecía más una declaración de amor que otra cosa coa.

- Pues déjame pasar y haré lo que pueda - dije sonriente.
+ ¿En serio? ¡Pensé que te negarías! Pasa - dice él soltando una carcajada y abriéndome la puerta.

Entro observando detalladamente y es tal y como la imaginaba amplia y con decoración moderna y de colores vivos.

+ Siéntate que te traigo té.

Me senté y le esperé impaciente. Al llegar él, se sentó a mi lado.

+ Nina, he intentado crear mil veces la felicidad y no he podido - dice cabizbajo. ¿Te imaginas cómo sería ser siempre feliz?
- Sería increíble. Pero... bueno, nada - dijo apartando la mirada.
+ Di, di, no pasa nada.
- Yo sé que es la felicidad.
+ ¿A sí? Por favor, necesito saberlo.
- Sí pero no puedo contarlo. Es un secreto que me dijo mi madre y nunca se lo he revelado a nadie. Antes que nada, quiero saber porque me elegiste a mi.
+ Eres distinta y eso se ve en la mirada . Estabas en medio de feliz y tú en medio.Estabas apagada y te quiero encender. Porque creo que tu quisiste encender a alguien y no funcionó. ¿Me entiendes?
- Sinceramente, no. Explícate - dije yo sorprendida.
+ Has querido encender a alguien y que lo has conseguido. Le has hecho feliz. Pero de tanta luz que le has dado, te ha cegado. Y los dos os habéis apagado. Yo quiero darte luz., Nina. 
- Positivo, no hablas en serio.
+ Sí y estoy más seguro que nunca.

Después de oír eso, creo que debo decirle el secreto para que deje de buscar porque creo que los dos nos estamos buscando.

- El secreto es... que la felicidad se encuentra en nosotros mismos.
+ ¿A sí? Pues yo no la encuentro.
- Sí. Pero nosotros no lo vemos. Sólo la puede ver nuestra otra parte del puzle. Siento que nosotros acabamos el rompecabezas del otro. Quiero que me enciendas y encenderte a ti. Porque la felicidad cuando menos se busca, se encuentra.

Entonces Positivo, saca un mechero y dijo estas palabras que serían el comienzo de algo eterno.

+ Tú. Yo. Y... - encendió el mechero en medio de la oscuridad dando luz - nosotros.




Qué más da...

Nunca estamos listos para lo que la vida nos trae. Llevo unos días, no sé muy bien porqué, llorando como una niña pequeña… Siento que todo ...